Nadie quiere lo que vendes.
Ni tu familia.
¿A dónde me mandarías si te digo en la cara que nadie quiere lo que vendes?
Me voy a explicar. Tu cliente busca con tu producto o servicio resolver en él una necesidad o una frustración muchísimo más profunda de lo que se ve por encima.
Siempre hay una razón oculta debajo de esa que parece obvia. Por esto yo hablo de curiosidad emocional.
Voy a explicártelo con un ejemplo propio:
Los líderes de negocios que contratan mis servicios de consultoría y gestión de marca, lo hacen no solamente para que los ayude a montar un ecosistema de marca y una directriz de comunicación visual y verbal.
Lo hacen porque necesitan mejorar el vínculo que hay con sus clientes y sus empleados. Lo hacen para ganarse un posicionamiento que aumente el valor de su marca y les de claridad para sentirse seguros en sus acciones.
Lo hacen porque quieren elevar el nivel de su empresa y así ellos ganar estatus profesional.
Si lo ves desde arriba, todo se podría traducir en “ganar más dinero”. Pero si yo me quedara con ese mensaje, el que todo el mundo verbaliza, no estaría comprendiendo otra necesidad tan real y menos común que esa. No podría hablarle de una manera personalizada a mi cliente.
Las personas que me contratan son líderes con visión, conocen o necesitan ayuda para ver las tripas de su negocio, están involucrados y decididos a tomar acción.
Invierten porque quieren ver la transformación y destinan recursos económicos para ello. Saben que no hay atajos, porque ya los han probado.
Ellos me contratan para descubrir los puntos ciegos, mejorar la puesta en escena de su marca y acelerar el camino hacia mejores resultados.
Son líderes que buscan expandirse. Y para eso necesitan fortalecer la identidad de su negocio y así dejar de ver lo que hace la competencia y sentirse atacados.
¿Entiendes por donde voy? Todo buen producto o servicio tiene un intangible que se convierte en el punto central de la comunicación verbal y visual de cualquier negocio. Nuestro deber es ser tan curiosos emocionalmente que podamos convertirnos en expertos en las cosas que nadie dice pero todos sienten.
Te doy una lista de intangibles que he descubierto estos últimos 2 años trabajando para empresas Ibicencas. Las personas pagan por:
Sentirse libres y liberados
No sentir soledad
Sentirse seguros en el proceso de transformación
Elevar su estatus y su valor
Mejorar la forma como ellos mismos se perciben
Dejar de sentir miedo, ansiedad o infelicidad
Sentir paz, pertenencia, salud y longevidad
Ayuda para tomar decisiones importantes de vida
Evitar errores
Atajos o caminos más cortos al éxito
Sentirse valiosos
Mejorar su atractivo físico
Ganar tiempo
Y obviamente: Ganar dinero (Sin importar que tan corporativos, negociantes, hippies, conscientes o sostenibles sean, esto siempre es y será un motivador)
¿Cuánto valor podrías agregar a tu oferta si te sumerges con curiosidad en todos los aspectos emocionales de la vida de tu cliente?
Toma esta lista y asóciala a tu negocio. Descubre de qué manera puedes abordar las necesidades más profundas de ellos y elevar el valor de tu marca.
Y si sientes que ya es el momento de dejar de pasar desapercibido y quieres darle el valor que tu marca merece, pero te cuesta ver por dónde comenzar… No te preocupes. Desde adentro las cosas no siempre se ven tan claras. Por eso, aquí estoy para ayudarte a desbloquear el potencial oculto de tu negocio.
Esta es mi agenda. Te ofrezco una llamada gratuita para empezar a desenredar todo eso que se te hace bola.
Te mando un abrazo y mucha curiosidad :)
Eli
PD. ¿Te ha gustado mi newsletter y como escribo? Mi profesora de castellano estaría orgullosa de saberlo. Llegó a pensar que no lograría escribir más de 2 palabras sin errores o mala conjugación. Antonieta se llama. Por eso te pido, comparte este post con tus conocidos y quizás el día menos esperado le podamos dar una felicidad a esa mujer que tanto se esforzó por corregir mis malos hábitos 🖤
PD2. ¿Nos vemos en LinkedIn? Conectemos y nos vemos por allí.